La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que la  hepatitis provoca infecciones  graves en el hígado y causa la muerte de 1,4 millones de personas cada año alrededor del mundo. La hematóloga del hospital Centro Medico Nacional Siglo XXI, Margarita Dehesa, revela que las complicaciones de la hepatitis son la cuarta causa de muerte en México.

¿Pero qué es la hepatitis?

Es una inflamación del hígado la cual puede ser aguda o crónica dependiendo de la causa que origine esta enfermedad. Recordemos que en el hígado se llevan a cabo numerosas funciones vitales entre las que destacan:

  • Toda la sangre proveniente del estomago y los intestinos pasan por el hígado.
  • Algunos nutrientes, toxinas y medicamentos son transformados en compuestos más fáciles de absorber o excretar por el organismo.
  • Producción de jugo biliar, sustancia que facilita la digestión de las grasas.

 

Todas estas funciones y otras más pueden verse alteradas cuando existe un proceso inflamatorio como la hepatitis.

Existen diversas causas que pueden desarrollar esta enfermedad por ejemplo:

  • Infecciones por virus, parásitos o bacterias.
  • Trastornos autoinmunes.
  • Presencia en el organismo de determinadas drogas, medicamentos o toxinas.

 

Sin embargo los virus de la hepatitis son la causa más frecuente de esta enfermedad. En la actualidad se han identificado cinco virus específicos, los cuales están designados por las letras A, B, C, D y E. Cada uno de ellos se distingue por rasgos propios.

En el caso de la hepatitis A y E son infecciones transmitidas por alimentos y  agua contaminados, estos virus causan cada año millones de casos agudos.

La hepatitis B, C y D se transmiten a través de líquidos corporales infectados, como la sangre, por contacto sexual, de madre a hijo durante el parto, o a través de material médico contaminado. Las hepatitis B y C suponen una mayor carga sanitaria en términos de mortalidad, ya que pueden causar una infección crónica que conduzca eventualmente al desarrollo de cirrosis hepática y cáncer.

Por todas estas circunstancias la OMS ha instaurado el día 28 de Julio, como el día mundial de la hepatitis, con la finalidad de que los gobiernos apliquen las medidas necesarias para evitar la propagación de esta enfermedad, en sus respectivos países, lo que permitiría disminuir los costos económicos del tratamiento y hospitalización de los pacientes en un futuro.

En la actualidad se deben aplicar medidas de prevención para disminuir los casos de hepatitis, contribuyendo así a mejorar la salud de las personas en el mundo. Por eso debemos considerar algunos puntos importantes:

  • Practicar hábitos de higiene adecuados.
  • Consumir agua potable y evitar el consumo de bebidas en lugares donde las condiciones sanitarias sean deficientes.
  • Confirmar que el material utilizado en cualquier procedimiento o intervención quirúrgica, como jeringas, bisturís o lancetas, siempre estén cerrados y esterilizados.
  • No colocarse piercings o realizarse tatuajes en lugares que no estén avalados por las autoridades de Salud.

 

En la actualidad existen en México una amplia disponibilidad de vacunas seguras y eficaces para prevenir la hepatitis A y B, y recientemente se ha autorizado una vacuna contra la hepatitis E, en China.

Mantener un esquema de vacunación completo, sobre todo en niños y personas adultas mayores es importante para prevenir y frenar el desarrollo de hepatitis, no solo en nuestro país si no en todo el mundo.

¡Así que no hay pretexto, a cuidarnos hoy para estar saludables mañana!

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