Incremento del consumo de calorías a libre demanda.
Mayor preferencia hacia alimentos dulces, con alto contenido en grasas y calorías, que eliminan o reducen la intensidad de emociones negativas.
Antojos a consecuencia de la activación de mecanismos de recompensa.
El incremento de cortisol en la sangre junto con el hambre emocional son una combinación perfecta para el desarrollo de sobrepeso y obesidad, diabetes y acumulación excesiva de grasa abdominal.
Recuerda que, para mejorar la salud intestinal, así como la sensación de saciedad, se recomienda consumir diariamente lácteos fermentados con probióticos como el Lactobacillus casei Shirota, en combinación con alimentos ricos en fibra como cereales integrales, frutas y verduras.