Los lácteos fermentados son una fuente rica de nutrimentos esenciales como el calcio, fósforo y proteínas como la caseína, además de otros componentes como la  lactoferrina, lisozima y lactoperoxidasa, que han manifestado beneficios a la salud dental, por ejemplo:

• Fortalecer los dientes y proteger el esmalte.
• Disminuir el riesgo de caries dental.
• Prevenir enfermedades periodontales como inflamación o sangrado de encías.
• Inhibir la adhesión y crecimiento de bacterias malas a los dientes.
• Favorecer una microbiota oral equilibrada.

La evidencia científica señala que la presencia o ausencia de ciertas bacterias en la boca se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades orales. En este contexto, el consumo de probióticos como Lactobacillus casei Shirota ha cobrado relevancia.

Estudios han demostrado que esta cepa probiótica puede inhibir significativamente el crecimiento de Streptococcus mutans, una bacteria clave en la formación de caries e incrementar el crecimiento de Veillonella y Kigella, que podrían ayudar a desacelerar la pérdida de minerales en el esmalte dental.

Incluir lácteos fermentados con probióticos como Lactobacillus casei Shirota, dentro de un estilo de vida saludable, puede ser una estrategia sencilla y efectiva para contribuir a una mejor salud bucal.