¿Qué alimentos puedo consumir si tengo diabetes?

La alimentación es uno de los factores clave en el tratamiento de las personas con diabetes, ya que los nutrientes son absorbidos en el intestino y pasan directamente a la sangre. Es el torrente sanguíneo el responsable de distribuir estos nutrientes hacia los órganos que los requieran.  Para que esta distribución sea posible, el organismo crea varias hormonas y una de las principales es la insulina, que interviene en la utilización de hidratos de carbono, proteínas y grasas.

Debido a que el organismo de las personas con diabetes no es capaz de producir la suficiente cantidad de insulina o no actúa de forma correcta, los nutrientes no son aprovechados como se debe, pero existen opciones.

Conteo de “carbos”

Con éste método, la alimentación de una persona con diabetes se basa en el consumo de conteo de hidratos de carbono, popularmente llamados “carbos” (que son los responsables directos del incremento de la glucosa en sangre). Se han asignado valores de “carbos” según el grupo de alimento:

1 “carbo” =         una ración de frutas, cereales (con o sin grasa), una ración leche (entera, semidescremada y descremada) y una ración de azúcar con o sin grasa.

1.5 “carbos” =   una ración de leguminosas (frijoles, lentejas, soya, habas, etc.).

2 “carbos”=        una ración de leche de sabor (industrializada).

Existen grupos de alimentos que aportan muy pocos o no aportan hidratos de carbono como las verduras, las grasas con o sin proteínas, carnes y alimentos de origen animal, pero no debe pensarse que son alimentos de consumo libre.

El nutriólogo asigna al paciente cierta cantidad de “carbos” por día, que deberá distribuir en cada una de sus comidas y habrá de llevar un monitoreo continuo de glucosa, para así controlar sus niveles en sangre. Los pacientes que utilizan este método generalmente se aplican insulina como tratamiento farmacológico, sin que sea exclusivo de ellos.

Índice glicémico.

Se refiere a la capacidad que tienen los alimentos de elevar la glucosa en sangre. Algunos alimentos pueden elevarla muy rápido, mientras que otros lo hacen más lento, esto en comparación con la glucosa pura que es considerada con un factor de 100. De este factor se parte para la evaluación de cada uno de los alimentos. 

Si se hace una analogía del índice glicémico, pensamos en alimentos “liebre” y “tortuga”, ya que la liebre corre rápidamente pero acaba con sus fuerzas muy pronto(alimentos con índice glicémico alto ó liebre), mientras que la tortuga lo hará muy lentamente, pero en forma continua sin agotar sus fuerzas (alimentos con índice glicémico bajo ó tortuga).

Una persona deberá preferir los alimentos “tortuga” para mantener sus niveles de glucosa, pero en caso de hipoglucemias podrá utilizar alimentos “liebre” para corregirlas. Inclusive hay quien recomienda que en cada comida haya combinación de alimentos “liebre” y “tortuga”.

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De forma general se tiene la idea de que la alimentación de las personas con diabetes es aburrida o que ya no se comerá lo que le gusta, pero está equivocada, pues un plan alimenticio para controlar la diabetes se puede traducir en dos simples palabras: variedad y moderación, sin perder el sabor. Lo recomendable es acudir con un nutriólogo o educador en diabetes para una orientación personalizada.

Es importante recordar que el cuidado de la salud intestinal, con el consumo frecuente del Lactobacilo casei Shirota,  favorecerá el aprovechamiento de una alimentación correcta independientemente al método de control de glucosa que se siga.

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