Los calambres musculares son contracciones involuntarias y dolorosas que surgen súbitamente. Aunque su causa no está completamente definida, se asocian con deshidratación, deficiencia de minerales (sodio, calcio, magnesio y potasio), fatiga o lesión muscular, lo que podría explicar por qué son más comunes en deportistas. También son frecuentes en mujeres embarazadas, durante la menstruación y en personas con insuficiencia renal, hipotiroidismo o alcoholismo.
Para tratar los calambres, se recomienda:
- Beber suficiente agua.
- Consumir bebidas rehidratantes o suero.
- Ingerir alimentos ricos en potasio como plátano, naranja, melón, verduras de hoja verde y jitomate.
- Incluir lácteos y derivados, especialmente por su contenido de calcio.
- Optar por frutos secos (nueces, almendras, cacahuates, etc.) y leguminosas (frijoles, soya, lentejas, etc.), fuentes excelentes de magnesio.
Una alimentación correcta ayuda a prevenir estos espasmos por déficit mineral. Si son recurrentes, es importante consultar al médico. Además, ante un calambre, se sugiere hacer estiramientos y masajes suaves y permitir el descanso del músculo.
¡Consume lácteos fermentados con probióticos como los Lactobacillus casei Shirota y favorece tu salud intestinal!
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